Donde estén dos o tres en Mi Nombre



"Porque donde están dos o tres reunidos en Mi Nombre, allí estoy yo en medio de ellos"
A lo largo de los años, la pertenencia a los grupos espirituales se ha dado, muchas veces, más en su vertiente física -estar juntos- que en su dimensión espiritual -estar unidos.
La cita “Donde están dos o tres reunidos en Mi Nombre” creemos que no se refiere a una mera confluencia física. Ni aún en el caso de que en estas reuniones se realicen invocaciones o se estudie, hable o compartan ideas o creencias de tipo espiritual.
“Reunidos en Mi Nombre” se refiere a compartir un estado de “Espíritu de Unidad” independientemente de que haya o no concurrencia física.
Ese espíritu de unidad al que nos referimos lo hemos sentido todos en algún momento de nuestra vida. Son esos estados de amor total e incondicional hacia otro ser: nuestra pareja, nuestros hijos, nuestros padres, algún amigo, hermanos de nuestro grupo e incluso a algún desconocido/a. Son estados en los que no hay margen para la separatividad, incluso aunque en esos momentos no exista proximidad física.
Ese espíritu de unidad se fragua originaria e inicialmente en nuestro corazón, y se desarrolla expresando nuestra capacidad de amor inclusiva e incondicional hacia el resto de personas o seres de otros reinos que nos son próximos, significativos o cercanos.
Pero ese espíritu de unidad limitado no es suficiente para los aspirantes espirituales y discípulos de nuestra época, pues han de albergar el propósito de ensanchar, de ir ampliando ese circulo de amor inclusivo al resto de seres humanos, al resto de grupos y al resto de reinos.
Por ese motivo, desde “Diálogos del Corazón” aspiramos a generar oportunidades que ayuden al ensanchamiento de esos espíritus de unidad, para manifestarlos a través de nuestros ambientes de relación, dentro de nuestros grupos y con todos los grupos.
Claro, llevar a cabo este propósito va a suponer un reto tremendo porque exigirá trascender nuestras pequeñas voluntades y no dejar nunca de lado, en cada momento, aquello que nos une –aunque hayan aspectos en los que no coincidamos- y poder dialogar más allá de nuestra personalidad.
Muchos nos preguntaremos cómo lograrlo.
Paradójicamente el primer paso será no proponernos lograrlo, pues cualquier meta que fijemos quedará definida dentro de la personalidad y por ello queda atrapa por una voluntad inferior.
Pero sí creemos con profunda convicción que en la medida que nuestra relación, en esos momentos, surja desde nuestro corazón, desde el silencio interior, del equilibrio del par de opuestos –o dualidad- expresando y canalizando en la medida de lo posible la energía del plano búdico, cualificada como síntesis, podremos lograrlo sin duda alguna.
Esta energía de síntesis podemos manifestarla mediante la práctica de la atención plena, la serena expectación y una perfecta adaptabilidad psicológica hacia los hechos que se presentan en nuestro devenir cotidiano. He aquí las claves de "Diálogos del Corazón".
Creemos que es el camino para amar más allá de nuestra propia medida y para hacer partícipes a los demás de este amor radiante que surge de nuestro corazón.
Esta es la forma de ensanchar nuestro espíritu de unidad, un estado que procura una profunda conciencia de paz y que permite irradiar magnéticamente todo nuestro alrededor, afectando a todo aquello que nos acontece.
De esta forma, cuando se junten dos o tres en Su Nombre, Él estará en medio de ellos.
 
Josep Gonzalbo
 

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