Soy uno con mis hermanos de grupo y todo lo que tengo les pertenece.
Que el Amor que hay en mi alma afluya a ellos.
Que la fuerza que hay en mí los eleve y ayude.
Que los pensamientos que mi alma crea les alcancen y animen.
Que el Amor que hay en mi alma afluya a ellos.
Que la fuerza que hay en mí los eleve y ayude.
Que los pensamientos que mi alma crea les alcancen y animen.
Este mantram expresa el servicio esencial que cada discípulo aceptado da a todos sus hermanos discípulos.
Esto lo da espontáneamente sin idea de pérdida.
Se vuelve tan natural y tan constante como la respiración misma.
Cuando uno puede decir con absoluto desinterés: "Todo lo que tengo les pertenece", todas las barreras han desaparecido y rige la unidad completa.
Entonces viene el sentido más completo de libertad que podemos conocer.
Cuando nada de lo que tenemos es nuestro, entonces no queda nada para dar salvo a nosotros mismos, y este último regalo trae la felicidad y la graduación en el aula de aprendizaje de la escuela de la vida.
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